Hoy empieza una nueva etapa en mi vida, y quiero que juntos podamos vivir este proceso. He decidido tomar a Job como referencia porque conozco algo de la vida de este hombre de Dios, y veremos cómo tuvo que atravesar distintas pruebas en su vida pero nunca se apartó del Padre amado. Sin importar que perdiera todo lo que amaba, él siempre siguió alabando y bendiciendo a Dios.
Hoy en la mañana, mientras veía mis redes sociales, encontré una publicación de un jugador de baloncesto llamado Jaden Ivey. Este sufrió una grave lesión que lo llevó a pasar por el quirófano y perderse una gran parte de la temporada, algo doloroso para él porque es algo que disfruta verdaderamente hacer. Sin embargo, me llamó más la atención el mensaje que acompañaba la publicación de la noticia. Este mensaje decía que debemos confiar en Dios, más aún cuando enfrentamos pruebas inesperadas o consecuencias de malas decisiones en el pasado. Esto también me llevó a comenzar este estudio de la vida de Job.
( Job 1: 1 NVI )
En la región de Uz había un hombre recto e intachable, que temía a Dios y vivía apartado del mal. Este hombre se llamaba Job.
Como podemos ver en este pasaje, Job era un hombre apartado para Dios. Vivía en santidad, y no solo él, sino que también enseñaba a sus hijos a ser fieles a Dios y a consagrar sus vidas para Él. Podemos ver que Dios premiaba su fidelidad porque la misma Palabra dice que Job era un hombre próspero y sus riquezas eran abundantes. No debemos pensar solo en lo material; debemos recordar que con Dios somos bendecidos en muchas formas. Él es el dador y consumidor de todo lo habido y por haber. Es quien da y quien quita. Muchas veces, cuando suceden cosas inexplicables, nos preguntamos: “¿Por qué a él, si era una buena persona?”. Pero no se trata de cómo los demás nos ven, sino de cómo Dios nos ve. Recibiremos bendición o castigo según nuestras obras. Más adelante veremos cómo Dios permitió que Job atravesara pruebas porque sabía la clase de hombre que era Job y que, pese a las dificultades, él seguiría exaltando Su nombre.
( Job 1: 3-5 NVI )
Era dueño de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas asnas, y su servidumbre era muy numerosa. Entre todos los habitantes del oriente era el personaje de mayor renombre. Sus hijos acostumbraban turnarse para celebrar banquetes en sus respectivas casas e invitaban a sus tres hermanas a comer y beber con ellos. Una vez terminado el ciclo de los banquetes, Job se aseguraba de que sus hijos se purificaran. Muy de mañana ofrecía un holocausto por cada uno de ellos, pues pensaba: “Tal vez mis hijos hayan pecado y maldecido en su corazón a Dios”. Para Job esta era una costumbre cotidiana.
En este pasaje también podemos analizar algo que para Dios es muy importante: honrar a nuestros padres. Los hijos de Job lo hacían al turnarse para realizar los banquetes e invitar a toda la familia. Dios nos llama a permanecer unidos como familia y hermanos, a honrar con nuestros bienes y recursos sus vidas.
( Job 1: 8-11 NVI )
"¿Te has puesto a pensar en mi siervo Job?", volvió a preguntarle el Señor. "No hay en la tierra nadie como él; es un hombre recto e intachable, que me honra y vive apartado del mal." Satanás replicó: "¿Y acaso Job te honra sin recibir nada a cambio? ¿Acaso no están bajo tu protección él y su familia y todas sus posesiones? De tal modo has bendecido la obra de sus manos que sus rebaños y ganados llenan toda la tierra. Pero extiende la mano y quítale todo lo que posee, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara!
Aquí podemos ver el modo de actuar del enemigo, Satanás. Él está pendiente de nosotros al igual que Dios. La diferencia es que Satanás busca juzgarnos, hacernos caer en tentaciones y apartarnos del amor de Dios. En este caso, quería hacer eso con Job, argumentando que él solo alababa a Dios porque tenía todo lo necesario. Así que propuso hacerle perder todo para demostrar que Job maldeciría a quien lo había bendecido. Sin embargo, vemos cómo Dios permitió que esto ocurriera con un propósito. Nada se sale del control de Dios. Sabía que Job seguiría alabando Su nombre pese a las dificultades, y eso es a lo que estamos llamados: a alabar a Dios en los momentos buenos y también en los malos.
( Job 1: 12 NVI )
"Muy bien", le contestó el Señor. "Todas sus posesiones están en tus manos, con la condición de que a él no le pongas la mano encima." Dicho esto, Satanás se retiró de la presencia del Señor.
Aquí también vemos cómo Dios cuida cada día de nuestras vidas. Él se encarga de que nada malo nos pase, por eso es importante dar gracias cada día por permitirnos vivir un día más y pedir que podamos terminarlo bien.
( Job 1: 20-22 NVI )
Al llegar a este punto, Job se levantó, se rasgó las vestiduras, se rasuró la cabeza y luego se dejó caer al suelo en actitud de adoración. Entonces dijo: "Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!" A pesar de todo esto, Job no pecó ni le echó la culpa a Dios.
Habiendo llegado a este punto, desde los versos 13 al 19, vemos cómo Job perdió absolutamente todo: sus riquezas y su familia. Esto llevó a Job a ser transformado. Lo más impactante de todo es que en ningún momento maldijo a Dios. Por el contrario, aceptó con dolor lo que había ocurrido y transformó su vida para seguir adelante. Hoy me quedo con una frase: "Desnudos salimos del vientre de nuestra madre". Sabemos que el día de ir con Dios nuestro Padre llegará. Debemos aceptar las pruebas que Dios nos pone en nuestras vidas porque todas, absolutamente todas, tienen un propósito. En los siguientes días veremos cómo Dios cumplió ese gran propósito que tenía con Job a través de esta dolorosa prueba.
¡Gracias por tu visita! Espero que el contenido de este blog haya sido de bendición para tu vida y que cada reflexión te inspire a fortalecer tu conexión con Dios. Este espacio está hecho con mucho amor y dedicación, con el deseo de compartir Su palabra y animarte a buscarlo cada día.
Te invito a regresar siempre que necesites un momento de inspiración o un mensaje que renueve tu fe. Recuerda que cada día es una oportunidad para acercarnos más a Él y agradecer por Su infinito amor.
¡Que Dios te bendiga y te acompañe en todo momento! Nos vemos pronto. 😊
Publicado el